Nuestra rutina nocturna:
Alma! venga!, nos vamos a la cama!
Sale de "su" cama del salón hacia "nuestra" cama del dormitorio, despacito pero llega siempre la primera, y coge sitio.
Misma perra, misma cama, misma posición estratégica, misma postura...
¿Por qué cambiar lo que nos gusta?
A continuación me deja entrar por su izquierda, cuando estoy situada se deja caer sobre mi y empieza nuestra sesión de mimos y piropos nocturnos.
Ella se deja querer poniéndose boca arriba, con la boca abierta durante un rato.
Me regala su sesión de besos y ruiditos de re-gusto y a dormir.
El que sale peor parado es el pobre que llega a la cama en 3º lugar, hay días que tiene que hacerse sitio "a codazos" para poder dormir en esta cama abarrotada, que se supone también suya...