miércoles, 19 de septiembre de 2012

De nuevo por aquí...


No busco excusas.  Me despedí para un fin de semana y ha pasado más de un mes.  No he tenido energías, ni tiempo, ni espacio físico dónde sentarme frente a un ordenador.  La tan comentada obra del baño ha sido el detonante, solo el principio de lo que en algunos momentos parecía el fin.  Un espacio mínimo que no podía sospechar exigiese tanta de nuestra energía.  Comenzó a fraguarse hace más de un año y ha sido a ratos un sueño y hasta hace unos días una pesadilla.
No quería un baño de revista, quería un baño "mio", que como el resto de la exigua casa en la que vivo tuviese "mi cara".  He buscado y rebuscado y gracias al tiempo transcurrido desde el inicio del proyecto hasta el inicio de las obras he ido encontrando, encargando, restaurando, replanteando, complicando y simplificando...
Es un baño muy pequeño, el único de la casa, no cabe una imponente bañera ni un mueble de infarto, pero ahora que el caos de la obra ha acabado, puedo decir que estoy contenta.  Necesito momentos de paz, necesito que el entorno en el que vivo no sea mi enemigo, y este baño y yo nos estamos haciendo grandes amigos. 
Os dejo algunas fotos y  os iré contando la historia de cada pieza, pero eso será otro día... 


  






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