Había terminado y unido las flores de ganchillo hacía tiempo, comprado terciopelo y cremallera, relleno para un cojín, solo me faltaba "cocinar" todas las piezas para convertirlo en el objeto que estaba destinado a ser. Fue una de esas labores que nació "enorme" en mi cabeza y a medida que iba surgiendo se convertía en una labor más pequeña. A veces me pasa eso, la cabeza me hierve de ideas, empiezo y cuando ya visualizo como queda empiezo a "evadirme" pensando en la siguiente labor...a menudo olvido que "la meta es el camino".
No hay comentarios:
Publicar un comentario